Aparentemente había un gran golpe en el centro de la puerta, pero tras observar bien la zona también descubrimos una serie de pequeños bollos en las zonas colindantes, de modo que para observar bien todos los defectos lo primero que hicimos fue quitar toda la pintura y masilla de la zona con una lijadora.
Además, debido a que estaba la ventanilla de por medio era muy difícil llegar a poner el tas con una mano y darle con la lima o el martillo con la otra, de modo que entre varios compañeros nos turnábamos para, desde el otro lado de la puerta colocar el tas en el lugar apropiado.
Aquí se aprecia cómo mientras uno daba con la lima otro sujetaba el tas. Finalmente para ahorrarnos trabajo y poder hacerlo uno sólo decidimos quitar la ventanilla. Para ello tuvimos que quitar los remaches del motor del elevalunas, rompiéndolos con un taladro.
Una vez retirados los remaches sólo había que desencajar la ventanilla de los pasadores blancos de plástico que se ven en las fotos, y la ventana salía sola por arriba.
Después de esto ganamos mucho en comodidad, aunque de estos últimos pasos no tengo fotos ya que estuve solo y tenía las dos manos ocupadas.
Tras varias semanas tratando de arreglar lo mejor posible la pieza, el resultado fue algo así
En la foto no se aprecia muy bien, pero tanto visualmente como al tacto la gran mayoría de abolladuras habían desaparecido, de manera que con una capa muy fina de masilla para uniformar toda la puerta, esta podría ser lijada, imprimada y pintada.
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