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lunes, 9 de junio de 2014

Sustitución de elementos fijos no estructurales

Cuando un vehículo llega al taller con un golpe en la chapa lo primero que se debe realizar es una evaluación de los daños para ver si es posible arreglar el golpe o si es mejor optar por sustituir la pieza, bien sea en su totalidad o parcialmente. Una sustitución total sería, por ejemplo cambiar la aleta delantera, mientras que si el golpe fuese en la aleta trasera la sustitución sería parcial, ya que no se cambia toda la pieza, sino que se corta y se suelda.
Para evaluar el estado de la pieza el primer paso es la observación de la pieza dañada con una buena luz para poder ver todos los golpes que haya podido sufrir. Después de observar con detenimiento la pieza se debe tocar con mucho tacto para poder descubrir algún golpe que se nos haya podido pasar por alto a la vista. Una vez localizados todos los golpes se debe evaluar si es mejor intentar arreglar cada abolladura o directamente sustituir la pieza dañada. Supongamos que vamos a sustituir la aleta delantera.
No es obligatorio, pero para trabajar con mayor comodidad nosotros decidimos quitar el capó.
Una vez retirado el capó se accede con más comodidad a todos los tornillos que sujetan la aleta.
Después sólo queda retirar uno por uno todos los tornillos de la aleta y quitarla. La aleta sale sola, así que si no sale con facilidad es muy probable que nos quede algún tornillo sin quitar.
Alguno que otro puede estar en lugares de dificil acceso y puede que estén camuflados entre la suciedad.
Este es el aspecto que presenta el coche con la aleta quitada.
Después de quitar la aleta sólo falta colocar la nueva en su sitio y atornillarla. El problema es que muy posiblemente al principio los huecos o "gap" entre la aleta y la puerta o entre la aleta y el capó no queden como al principio. Ésto se soluciona aflojando los tornillos y moviendo la aleta con nuestro cuerpo, valiéndonos de brazos, piernas..., como podamos, en definitiva. Una vez que hemos aproximado la aleta hasta la posición que queremos debemos apretar los tornillos según el par que nos dicte el fabricante.
El resultado final debería ser algo parecido a este. La anchura del hueco es constante, y se ajusta a lo que dicta el fabricante. También debemos fijarnos en que no se produzcan saltos en la pendiente que hay en la caída del pilar A al empalmar con la aleta. De esta manera el acabado del trabajo es bueno y el coche puede irse del taller sin ningún problema.

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